(English version soon)
Este proyecto consistió en la realización en cerámica de un body de vestir para mujer, con un gorro y otros complementos. El body es parte de una colección artística de 8 bodies realizados por distintos artesanos y en distintos materiales, que suponen la parte artística de la que sale la colección comercial OFRENDA del diseñador Leandro Cano.
La obra cuenta una historia. Los pueblos andaluces son un remanso de paz para muchos. Pero años atrás, en los recuerdos de los autores de la obra o incluso de sus padres o abuelos, cuando no existía internet, no había tanta tecnología y la globalización todavía no los había conectado tanto con el exterior, eran una burbuja perfecta para que los niños se desarrollaran en plena felicidad y tranquilidad.
Esta obra contiene todos los elementos que salen de esos recuerdos de sus autores, ambos provenientes de pequeños pueblos del sur de España. La vegetación que aguanta el calor: pitas, chumberas… El campo colorido en primavera gracias a las amapolas, margaritas o azucenas. Los patios decorados con piletas y claveles o geranios, como hoy se admiran en un patio cordobés. Todo daba color a los pequeños montoncitos de casas encaladas dispuestas sin mucha simetría a lo largo de un cerro. Un pueblo andaluz. La vida principal de las calles: los niños que juegan mientras los jornaleros trabajan o sus abuelos les preparan la merienda. Un bocadillo o un hoyo de pan, muchas veces para el nieto y para todos los niños que lo acompañaban cuando su abuela le daba una voz para que fuera a merendar. Los juegos, juegos de niños, provenientes de la imaginación. No venían hechos en ningún aparato, como mucho algún juguete tradicional. La música, el cante y el baile muchas veces eran el propio juego. Si el hoyo de pan daba sed, a beber del botijo. Los niños juegan sin ser conscientes de nada más, pero teniendo muy claros los principios, los valores, y a veces la espiritualidad a los que agarrarse o que en su casa se mandaban.
El proyecto tenía los siguientes CONDICIONANTES:
- Debía ser completamente en cerámica, excepto aquellos elementos necesarios para el ensamblaje o montaje del body.
- Debía contar la historia especificada más arriba e inspirarse en el material gráfico aportado por el diseñador.
- Debía ajustarse a las medidas de un maniquí, sobre el que se expondrá, al igual que a las de una modelo.
- Se requería de un maniquí para poder modelarlo.
- Debía ser resistente porque sufrirá bastante movimiento, transporte y montaje y desmontaje.
- Debía pesar lo menos posible.
- Debía parecer delicado, esmaltado, de texturas y acabados pulidos.
- Se cuenta con tres meses desde el conocimiento del proyecto, dos meses desde el primer boceto del diseño y tres semanas de realización desde el diseño definitivo.
- El resultado se mostrará en un reportaje en VOGUE España, y en la semana de la moda en la Embajada de España en París el 30 de Septiembre.
- Debía hacerse más de una pieza de todas las partes posibles por poder reponer en caso de roturas, etc.
Teniendo en cuenta estos condicionantes, se elige realizar el proyecto en una pasta de papel hecha a base de gres con chamota impalpable, siguiendo el siguiente proceso.
ANÁLISIS DEL RESULTADO FINAL
Tanto las formas como el color, componen un conjunto armónico por la simetría y el tono beige neutro de todas las piezas del body y el gorro. Las figuras aportan la policromía y el contraste, aunque se ha intentado mantener una gama de colores naturales, no demasiado vivos, por contrarrestar el brillo natural de la cerámica y porque no se pierda el sentido de la historia detrás del diseño, el concepto del recuerdo, del juego de niños de décadas pasadas.
Los motivos vegetales son los propios de Andalucía, tanto los que se encuentran de forma silvestre en el campo (chumberas, pitas, margaritas), como los que normalmente adornan las macetas de los patios (claveles).
Las casas blancas, de tejados de teja de barro local, un poco ruinosas algunas y con verdina o arbustos en los tejados. De ventanas pequeñas, paredes gruesas y fachadas encaladas. También típicas del sur.
Los niños tienen posturas en escorzo simulando bailes flamencos y juegos. Sus ropas, con elementos de la moda tradicional andaluza: volantes, faldas con vuelo, lunares, chalecos cortos…
Aparecen elementos de la cotidianeidad de los pueblos andaluces, El plan y el plato de la mesa al sentarse a comer. El botijo, en este caso con color y forma típicos del botijo blanco de La Rambla (Córdoba), como homenaje del autor a la tradición alfarera de su pueblo.
La abuela es la cuidadora de todos ellos. Ataviada con toquilla, mantón de manila, ropas oscuras que la tapan casi por completo, seguramente por guardar algún luto.